Paraíba Tourmaline se encontró por primera vez en Brasil en la década de 80, en la Región de Paraíba, en el distrito de São José da Batalha, de ahí su nombre, luego en Nigeria en 2000 y, más tarde, en 2004 en Mozambique.
Hace unos 600 millones de años, un evento geológico único creó la variedad más espectacular de gemas del grupo de las turmalinas: la turmalina de Paraíba.

Es importante destacar un fenómeno: las turmalinas africanas suelen ser mucho más grandes que las brasileñas y se pueden producir en cantidades mayores, lo que podría terminar afectando los precios del quilate. Aquí es raro encontrar una turmalina paraiba con más de 5 quilates, mientras que en África ya hay algunos ejemplares con pesos superiores a los 10 quilates, y la paraiba pulida más grande del mundo es de Mozambique.
Paraiba Tourmaline se encuentra en solo cinco minas alrededor del planeta; tres de ellos en Brasil, de donde proceden los ejemplares más valiosos.
La producción, sin embargo, es muy escasa, casi extinguida, lo que la hace cada vez más cara y codiciada.
Las principales joyerías del país tienen algunas piezas con la piedra preciosa, guardadas bajo llave, y el valor de una de estas joyas exclusivas puede llegar a R$ 3 millones.
Al principio, los brasileños no prestaron mucha atención al nuevo descubrimiento, pero los japoneses quedaron fascinados con las gemas y comenzaron a comprarlas y revenderlas en Asia, haciéndolas alcanzar precios increíbles.

La producción de Tourmaline Paraíba está disminuyendo cada año. Apenas 20 quilates al año, frente a los 480 millones de los diamantes.
Las turmalinas se encuentran en muchos colores, incluido el azul (indicolita), pero el factor determinante para afirmar que se trataba de una piedra, hasta entonces desconocida, fue su composición química, pues debido a la presencia de pequeñas trazas de cobre y manganeso, Paraíba posee este neón. color azul o azul verdoso, un color brillante y único.
Incluso si no son más caras que los diamantes, las piedras preciosas raras dan singularidad a las joyas. Para calcular la calidad de una piedra preciosa, los expertos utilizan los criterios de las cuatro C, adaptados del idioma inglés: corte (cut), claridad (clarity), carat (carat) y, lo más importante, color (color).
Además, la rareza de una gema y el diseño único de una gema pueden hacer que su precio se multiplique rápidamente.

La Turmalina Paraíba cautivó al mundo de las piedras preciosas desde el principio, por su belleza y colores electrizantes.
Se hicieron populares casi instantáneamente y hoy se encuentran entre las piedras preciosas más buscadas y valiosas del mundo.
El descubrimiento de la Turmalina Paraíba, después de ser observada por primera vez por el ojo humano, crea un fuerte impacto emocional, debido a su azul vivo y brillante.
Como son muy raras, los joyeros no suelen romper las piedras, sino que las trabajan más o menos en el formato en el que aparecen.
Esto dificulta, por ejemplo, hacer aretes, que requieren piedras muy similares.

Corte de turmalina Paraiba
El tallado, sin embargo, es fundamental para intensificar el brillo de la piedra, se faceta en determinados ángulos, para que la luz pueda penetrarla y volver a los ojos con la mayor belleza posible.
El corte realza el color y el brillo, llevando la piedra a su mejor potencial.
Valor de la turmalina de Paraiba
Las expectativas siempre apuntan a precios más altos, ya que la demanda crece a un ritmo más rápido que la oferta. Los valores de cinco dígitos por quilate no son raros para las gemas azul neón de buena calidad y para las gemas azul verdosas de más de 5 quilates.
Es amor a primera vista: la gema tiene un brillo interior propio, un esplendoroso azul neón que toca el corazón. ¡Es pura emoción! Cuando colocamos una de estas piedras en la oscuridad, parece estar iluminada, como si fuera neón.
Es la única gema transparente que tiene cobre en su composición, lo que le da ese color vibrante, brillante y eléctrico. Se dice que, como el sol, ¡esta gema tiene luz propia!