Olinda en Pernambuco es una de las ciudades históricas más importantes de Brasil, Olinda reúne valiosas casas coloniales y alberga una de las fiestas de Carnaval más animadas del país. Es, al mismo tiempo, la ciudad de frailes y monjas, juerguistas locos, guías infantiles que hablan rápido, artistas visuales y […]
Olinda
Olinda es una de las ciudades históricas más importantes de Brasil y reúne valiosas casas coloniales y alberga una de las fiestas de Carnaval más animadas del país.
Recorrido obligatorio de turistas nacionales y extranjeros, Olinda recibe diariamente a cientos de visitantes, que ascienden y descienden por sus empinadas laderas y recorren sus estrechas calles en busca de la exuberante naturaleza y arquitectura del siglo XIV, que le asegurarán el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad. Humanidad, otorgado por la Unesco en 1982.
La novedad es que hoy, además de su pasado de luchas libertarias, casas coloniales y el hermoso paisaje, Olinda ofrece al visitante una red de buenos restaurantes, bares y hoteles y ya comienza a consolidarse como un nuevo polo gastronómico en la Región. Área metropolitana de Recife, que atrae tanto a turistas como a residentes de las ciudades aledañas.
Otro aspecto importante en el perfil turístico de Olinda es la vitalidad cultural que suele mostrar la ciudad. Son innumerables los eventos promovidos por la administración pública municipal o por productores culturales independientes, creando un ambiente de fiesta durante todo el año en la ciudad.
Olinda tiene una vocación increíble por el ocio contemplativo. Ya sea desde lo alto de sus cerros, o desde las aceras del paseo marítimo, los paisajes que se despliegan hacen justicia a lo que cantó el poeta Carlos Peña Filho en su poema “Olinda”. Afirma la pena de hijo:
Además, Olinda ofrece a los visitantes la oportunidad de ver obras de artistas plásticos de renombre internacional, como João Câmara, Tereza Costa Rego, Guita Charifker y otros artesanos anónimos, repartidos por los 71 talleres de la ciudad.
Los artistas populares también tienen su lugar en Olinda. Componentes de cientos de asociaciones carnavalescas, que conforman la otra cara de la moneda de Olinda, profundamente religiosa, se transmuta anualmente en la capital de la fiesta pagana más grande del mundo, el Carnaval. A continuación se muestra un breve recorrido por Marim dos Caetés.